“Polos Opuestos”

 
Viernes 13 de Enero de 2013
San José del Cabo BCS
Víctor Paz
 
“Polos Opuestos” Obra pictórica de
Ulises Martínez en Syriaccus Bar

Una ves más el Syriaccus Bar se viste de gala y cubre sus muros con el excelente trabajo pictórico del joven oaxaqueño Ulises Martínez quien se ha desarrollado como pintor y muralista autodidacta desde temprana edad,  él, vive con el ímpetu de la pasión que solo el artista sabe saborear, con el gozo que deja la pintura al plasmar sus sueños sobre lienzos blancos, con el descubrir que el pintar es el camino y que es en el camino mismo en donde la esencia se dispersa en miles de posibilidades.

La obra podrá ser vista en los muros del 
Syriaccus Bar hasta el 15 de Marzo.
Polos Opuestos.
Los Polos opuestos son distantes, dicen, el bien y el mal, blanco y negro, bueno y malo, real e irreal, visible e invisible. Nuestro entorno está lleno de polos opuestos, es difícil imaginar que estos extremos de alguna manera estén más cerca  en  un mismo plano, este es el tema que retoman estas piezas   donde las líneas se llenan de protagonismo moviéndose sin límites totalmente espontáneas sin temor a los prejuicios, con formas ovaladas y  circunferencias con un origen derivado de las formas femeninas. 
 
En este recorrido de afirmación y negación simultanea donde dos polos opuestos convergen en un espacio con formas inesperadas, con relieves iluminados de color, contrastados con la penumbra en un intento de describir la vida cotidiana utilizando líneas y que estas saquen a flote esos sentimientos agradables o desagradables que hemos experimentado alguna vez, todo esto en un contexto de melancolía que refleja una cosmovisión particular de quien lucha con un mar de opciones que nacen de la memoria.
 
Se exhiben  personajes en un momento importante de su vida, un momento que generalmente pasa desapercibido al no poner atención en esos detalles casi invisibles en un entorno complejo en el que las normas aceptadas se disuelven generando espacios en blanco que son un elemento crucial para esta obra, donde también encontramos ojos que nos miran esperando que el espectador sea invadido por un sentimiento, que el alma misma sea quien observe este conflicto y que también dicte sentencia con su sensibilidad al máximo.
 
Ulises Martínez
Pintor oaxaqueño nacido un 17 de Mayo de 1987, miembro de una gran familia en número como en corazón, creció  bajo el abrigo de un regazo cálido, ufano y de fuertes lazos. Entre los fútiles juegos y  alegrías infantiles, descubre que bosquejar la realidad en papel  es una breve escapada de su espíritu y la pasión que habrá de convertirse en precinto de su alma y clamor grafico de sus sentimientos.
 
Desde temprana edad manifestó virtudes técnicas, que aunadas al inquebrantable e inconsciente deseo de nutrir ésta pasión, se convirtieron con el correr del tiempo en habilidad, en el medio para expresar desde su propia cotidianidad lo invisible, en las personas, en los pasos, en las calles, en el lenguaje… en la vida misma.
 
Sin saberlo, Ulises fue interpretando al mundo que lo rodeaba desde una perspectiva modificada y lo primero que admiró y retomó más tarde fue la extraordinaria, única y cálida belleza de su amada  ciudad: Oaxaca. Encontró en ella diversos elementos y gente que le ayudaron para enfrentarse consigo mismo, como una madre que protege y alimenta el espíritu.
 
Fue entonces cuando cayó en cuenta que no es una vana coincidencia entre imaginación, anhelo y ejecución, sino una monumental conspiración entre cuerpo y alma a favor de su pasión, lo que desechó todo estereotipo social y económico y permitió la explosión del ser profundo, humano y artista que siempre se ha encontrado dentro de él.
 
El camino no ha sido fácil, muchos obstáculos han tenido que ser sorteados y ante cada paso recorrido, la disyunción entre razón y deseo cuestionaron si esta es la manera en que quiere vivir su vida.
 

Hoy en día nos entrega en cada obra fragmentos de su ser, con el propósito de provocar en el espectador un sentimiento, una emoción de su propia interpretación matizada por el sentir del artífice.

En sus trazos trata de representar con líneas a la vida misma, los colores pasteles dan la sensación de calidez y tranquilidad brindada por una madre.

Propone con esta colección la unificación de dos vertientes diferentes y ajenas, la realidad rodeada de un entorno irreal, un juego de contrastes entre líneas de color, globos y ojos.

Una combinación de las cosas cotidianas con el mundo del artista.